Cuatro meses ya han pasado, cuatro dolorosos
meses,- ¿Por qué dolorosos? , por el simple hecho que te extraño, tu
partida realmente ha sido dolorosa para mí, como explicar que tú
recuerdo aún me duele, cada vez que te pienso, o cuando te nombran sin malicia.
Dime como olvidar 3 maravillosos años que me obsequiaste, tu amor, tu
cariño, cada uno de tus actos me llenaban el corazón, cuando estaba
triste te acercabas te sentabas a mi lado, sin expresar nada te quedabas
ahí conmigo, te abrazaba- lo recuerdo muy bien, así era siempre, así
transcurrió el tiempo y pensar que cuando llegaste a mí, no te mire, no
deseaba que me tocaras o me miraras, tenía miedo lo sé - ese miedo que
desapareció poco a poco al conocerte, al tratarte sin que yo lo pidiera
me diste tu amor, minuto a minuto contigo fue maravilloso.
El
tiempo junto a ti, aprendí demasiado, lo que es el amor sin condiciones,
perder el miedo y ha ser más sensible – la chica dura y fría,
insensible se fue alejando para quedarse la sensible y amorosa pero aún
con miedo, que volvía a sonreír con cada tontería, quien lo diría,
sonreír, ser feliz, cuando creía que a mí no llegaría o no conocería lo
que es ser feliz, o amar en este caso, que equivocada estaba.
Sabes no he comprendido aún porque tanta malicia de la gente, porque se
ensaña en hacer mal a las personas que no hacen nada malo, quien da amor
y no daña a nadie, ¿Por qué? porqué justo a ti, tenían que apartarte
de mi lado.
–Perdón no debo llorar cierto, más no puedo dejar de hacerlo-
Verte destrozado pidiendo ayuda, que la gente no te brindo pudiéndolo
hacer me lleno de rabia en ese instante, te ayude a levantarte y
regresar a casa de nuevo, me partía el alma no poder hacer nada para
curar el dolor que cargabas.
-Dios me siento culpable si tan sólo la noche anterior no hubieses salido ahorita no estuviese aquí llorando-
Mientras llegaba el auxilio – que sentí que pasó una eternidad para
llegar- “te abracé”- me miraste con esos ojos hermosos que siempre me
encantaron, no podías esbozar ni un quejido-
Después de todo me
quedé cuidándote toda la noche, por sí necesitabas algo, para no hacerte
daño, verte mover me alivio un poco, sonreíste, me miraste, fui feliz
por ese instante.
Tan pronto amaneció con muchas ansias desee que te
levantaras y pudiésemos hacer lo que todos los días… te vi feliz, me
tranquilizó-
¿Pero que pasó? porque de pronto todo cambio- tu
respiración se entrecortaba, no podías moverte, comenzabas a quejarte
más y más, me mataba el dolor y yo sin poder hacer nada para aliviarlo,
intente todo lo que pude , no fue suficiente, perdóname.
¡Madre háblale!- dile que se quede un poco más, no deseo que se vaya, por favor, aún no se puede ir- repetí inconsoladamente.
Te abracé, sonreíste y te marchaste”
(Entre mis brazos quedaste)
Sentí tanta rabia, miedo, desesperación, grite, lloré con tantos deseos
de saber quiénes fueron los que te habían hecho tanto daño que lograron
hacer que te marcharas de mi lado, pero ya no importaba, tú no
regresarías a mi nunca más.
Perdón por recordarlo una vez más, sé
que te gustaría a ti que yo estuviese feliz y olvidarte, ¡cierto!, -me
piden que ya te deje ir, pero ¿Cómo se logra?
-Se que te gustan
las rosas, te dejo una, como siempre, dejándote una cada vez que vengo a
platicar contigo aquí, en este lugar frio y húmedo donde nunca más te
vas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario.